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HEFESTION
Me perdí por los renglones de la historia siguiendo a un personaje, doblé las esquinas de los tiempos y seguí la senda de los héroes y sin embargo, mi meta no iba a ser el dios que siempre me ha maravillado, el héroe que hizo leyendas, el conquistador del mundo… seguí y le seguí hasta que me di cuenta de que a la sombra del Olimpo se ocultaba la más bella representación de ese amor sin género, sin palabras, eterno como todos los protagonistas de las odas clásicas. Siempre oculto en las sombras, para no enturbiar al protagonista de la historia, siempre vigilante para que no le pasara nada, siempre atento a cualquier hecho desagradable, siempre en alerta, siempre vigía del gran hombre.
Me fasciné oculta tras el pozo de los deseos con su belleza, con su mirada azul inocente y amorosa, con sus ropas blancas que resaltaban aún más esa expresión serena y a la vez conmovedora que tienen los hombres que saben esperar su momento. Y me quedé quieta y muda porque no sabría que decir ante la mirada sorprendida de quien sabe cual es su papel en el devenir del mundo.
Tuve el valor de acercarme un poco y el bello rostro se volvió hacia el mí. No hubo palabras, porque aquella mirada me dijo todo lo que tenía que decir: voy por mi camino. Y me quedé parada, con las manos juntas sin decir nada… nada porque ante tal personaje no había nada que decir.
Busqué flores a la orilla del sendero, el que siguen los héroes cuando vuelven de las batallas vencedores y con unas ramas de laureles me fui a su encuentro al lado del camino. Allí venía el victorioso subido en su caballo negro; pero el ramo de la victoria iría a buscar los pies de su lugarteniente que por segunda vez en pocos minutos, me volvió a mirar. Tomó el ramo ante mi asombro y se acercó a mi rostro.
«Gracias en nombre de todos, gracias en nombre de todos estos hombres que vuelven de la guerra, gracias por creer en al honor, en la patria, en la virtud y en la victoria. Loada seas mujer» …. y siguió su camino tras el rey.
DAMADENEGRO 3/7/2010
VAMPBOYS 